El gobierno de Venezuela ordenó el despliegue de tropas y equipos militares en la frontera con Colombia, en respuesta al arribo de marines y destructores de la Armada de Estados Unidos al mar Caribe, movimiento que Caracas considera una “provocación directa contra la soberanía regional”.
Fuentes oficiales confirmaron que unidades del Ejército Bolivariano, junto con blindados y artillería, fueron enviadas a puntos estratégicos del límite fronterizo, en medio de una escalada de tensiones diplomáticas y militares. El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, aseguró que la medida busca “garantizar la paz y proteger al pueblo frente a las amenazas externas”, al tiempo que acusó a Washington de buscar desestabilizar la región.
El gobierno colombiano, por su parte, pidió mantener la calma y reiteró que su territorio no será plataforma para operaciones ofensivas, aunque analistas advierten que el choque de narrativas entre Caracas y Washington podría derivar en un escenario de mayor confrontación. Organismos internacionales han expresado preocupación por la creciente militarización del Caribe y la frontera andina, subrayando la necesidad de canales diplomáticos que eviten un incremento del conflicto.