El pasado lunes 1 de septiembre tuvo lugar el primer informe de gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
Por un lado, se dio cumplimiento al mandato de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos previsto en su artículo 69 para enterar al Congreso de la Unión, por escrito, del estado que guarda la administración pública y, en segundo lugar, se comunicó el mensaje protocolario de esa obligación en el más cómodo de los terrenos: un Palacio Nacional que atestiguara “el pasado de la oscura noche Neoliberal”, a decir de la titular del Ejecutivo.
El discurso se centró en la continuidad y profundización de los proyectos de la Cuarta Transformación iniciada por su predecesor. Y en dicha labor, destaco siete puntos fundamentales que enmarcaron ese ejercicio de rendición de cuentas anual:
Primero. Consolidación de la Cuarta Transformación.
Sheinbaum reiteró que su gobierno es la segunda etapa de un movimiento que busca consolidar un modelo de «Humanismo Mexicano». Enfatizó que el progreso no es sostenible sin justicia social, aquella que horas más tarde también iniciaría una renovada historia con la integración del nuevo Tribunal Pleno en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Afirmó que su victoria no fue un triunfo personal, sino el resultado de una lucha colectiva de décadas, y que su gestión busca responder a esa «voluntad del pueblo».
Segundo. Reducción de la pobreza y la desigualdad.
Un punto central del informe fue la presentación de datos que, según el gobierno, muestran una reducción histórica de la pobreza. Se mencionó que más de 13.5 millones de personas salieron de la pobreza.
Se destacó que la desigualdad también se ha reducido, ubicando a México como el segundo país con menor desigualdad en América, después de Canadá. Esto se atribuye a los programas de bienestar y el aumento del salario mínimo.
Tercero. Seguridad Pública.
La presidenta mencionó una reducción en los índices de delincuencia de alto impacto, incluyendo una disminución del homicidio doloso a nivel nacional.
Agradeció a las Fuerzas Armadas y a los organismos de seguridad por su colaboración, y defendió la reforma constitucional que consolidó a la Guardia Nacional bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Se anunció que la estrategia de seguridad se basa en cuatro ejes: atención a las causas, consolidación de la Guardia Nacional, fortalecimiento de capacidades de investigación e inteligencia, y coordinación entre los distintos niveles de gobierno.
Cuarto. Reformas constitucionales.
Sheinbaum destacó las reformas que se han impulsado y aprobado, siendo la más notoria la Reforma al Poder Judicial, que permite la elección popular de ministros, magistrados y jueces. La presidenta calificó este hecho como «inédito y profundamente democrático» y afirmó que pondrá fin a la corrupción y el nepotismo.
También se refirió a otras reformas clave: el reconocimiento de los pueblos indígenas y afromexicanos como sujetos de derecho público, y las que buscan garantizar derechos sociales como la vivienda, la salud y la educación.
Quinto. Economía y Finanzas Públicas.
La mandataria afirmó que la economía del país se mantiene fuerte, con un crecimiento anual estimado. Se resaltó la disciplina fiscal y la austeridad republicana como principios rectores de su política económica.
Se mencionó el aumento del salario mínimo y la creación de empleos formales como factores que han contribuido al bienestar de la población.
Sexto. Programas Sociales.
Se subrayó la importancia de los programas de bienestar, asegurando que benefician a más de 30 millones de familias mexicanas y que los recursos llegan de forma directa, sin intermediarios.
Mencionó específicamente la pensión para adultos mayores y las becas para estudiantes, entre otros.
Séptimo. Relaciones Internacionales.
La presidenta destacó la relación con Estados Unidos, haciendo énfasis en la cooperación, el respeto a la soberanía y la búsqueda de un marco de colaboración. Se mencionó que México tiene el promedio de aranceles más bajo del mundo, lo que lo hace competitivo.
De este modo, el primer informe anual de labores de la presidenta Sheinbaum se presentó, desde la óptica de la administración en turno, como un balance positivo de su primer año, enfocándose en la continuidad del proyecto político-social de la administración anterior, la consolidación de reformas estructurales y la presentación de resultados en áreas clave, tal como sucedió en el primer informe del entonces presidente López Obrador.
Desde la perspectiva crítica de oposición, el informe fue un ejercicio de autocomplacencia que omitió desafíos importantes, utilizó datos de forma selectiva y no abrió un espacio para el debate plural.
Esa siempre será la dualidad de un contexto y corresponderá a cada mexicana y mexicano formar particular criterio.
Diánoia: En los registros de la República Romana se encuentran ejercicios de rendición de cuentas por parte de funcionarios de alto nivel: los cónsules.
Estos eran los magistrados más poderosos de Roma y la base del poder político. Dentro de las memorias, destaca el papel del cónsul Cayo Mario (Caius Marius), el primero en obtener durante siete veces dicho encargo y también los señalamientos contundentes del Senado en sus ejercicios de rendición de cuentas por acusaciones de abuso de poder. Desde entonces, ya se cuestionaba el ejercicio de lo público. Ahora, se suma el aparato crítico de los medios de comunicación, las redes sociales, la academia y la sociedad civil.