Al desastrozo inicio de temporada de la NFL de los Miami Dolphins se suma un nuevo escándalo: el receptor estrella, Tyreek Hill, enfrenta graves acusaciones de violencia doméstica presentadas por su esposa, Keeta Vaccaro, en el marco de su proceso de divorcio. De acuerdo con documentos judiciales, la denunciante asegura haber sufrido ocho episodios de agresión desde su matrimonio en 2023, algunos de ellos durante su embarazo.
En uno de los señalamientos, Hill habría empujado a Vaccaro al suelo tras discutir sobre un acuerdo postnupcial; en otro, supuestamente la jaloneó con violencia en un hotel de Orlando, provocándole lesiones y pérdida de cabello. Estas versiones fueron entregadas como evidencia en la corte y han generado una fuerte reacción pública.
El jugador, de 31 años, rechazó tajantemente las acusaciones, calificándolas como un intento de obtener beneficios económicos en el divorcio. Hasta el momento, no existen cargos penales en su contra, aunque la presión crece sobre la NFL para que inicie una investigación interna y defina si aplicará sanciones disciplinarias.
Hill, quien lideró la liga en yardas recibidas en 2023 y es considerado uno de los mejores receptores de la última década, enfrenta un momento decisivo para su imagen pública y su futuro deportivo. En medio de la polémica, la discusión sobre la tolerancia cero a la violencia de género en el deporte profesional vuelve al centro del debate.