Un deslizamiento de tierra arrasó la aldea de Tarasin, en las montañas Marrah de Darfur, en el oeste de Sudán, dejando más de mil personas fallecidas, según confirmaron autoridades locales. Las intensas lluvias que azotaron la región durante varios días provocaron que el terreno se desprendiera, sepultando viviendas y atrapando a decenas de familias.
Los sobrevivientes describen escenas de devastación: hogares destruidos, caminos bloqueados y vecinos atrapados bajo el lodo. “Perdimos todo en cuestión de minutos, no hubo tiempo de sacar nada”, relató una mujer que logró escapar con sus hijos. Equipos de rescate locales y organizaciones humanitarias trabajan contrarreloj para encontrar sobrevivientes y brindar atención médica y alimentos a los afectados.
Organismos internacionales advirtieron sobre la necesidad de reforzar los sistemas de alerta temprana y mejorar la infraestructura en zonas vulnerables a desastres naturales. Las autoridades sudanesas han pedido apoyo urgente para atender a los miles de damnificados y prevenir nuevas tragedias en comunidades cercanas.