La política poblana amaneció con un reacomodo inesperado: Néstor Camarillo Medina, hasta ayer presidente estatal del PRI y uno de sus perfiles más visibles en la entidad, confirmó su renuncia al partido tras años de militancia.
En un mensaje dirigido a medios y ciudadanos, el senador aseguró que su ciclo en el tricolor “ha llegado a su fin” y que ahora su apuesta estará centrada en la construcción de una agenda ciudadana que, según dijo, represente de forma más directa a los poblanos.
“Mi compromiso con Puebla sigue intacto. No renuncio a mis principios ni a la oposición responsable, renuncio a una estructura partidista que ya no responde a las necesidades de la gente”, expresó.
Aunque evitó precisar de inmediato su próximo destino político, fuentes cercanas apuntan a que ha sostenido diálogos con Movimiento Ciudadano, partido que busca fortalecer su presencia en Puebla de cara a las elecciones de 2027.
La renuncia de Camarillo deja a Delfina Pozos Vergara, hasta ayer secretaria general, al frente de la dirigencia priista estatal. Sin embargo, la salida del senador reaviva los cuestionamientos sobre el futuro del PRI en la entidad, un instituto que en los últimos años ha perdido terreno frente a Morena y otras fuerzas emergentes.
La noticia abre interrogantes sobre si se trata de un movimiento estratégico hacia otro proyecto político o el inicio de una apuesta personal para reinventar su carrera lejos de los colores partidistas tradicionales.