El presidente argentino, Javier Milei, sufrió la mayor derrota política desde que asumió el poder, hace 18 meses. Con minoría en ambas cámaras del Congreso, el oficialismo no pudo evitar la sanción de un paquete de leyes que aumentan el gasto fiscal.
Las normas que incluyen un aumento del 7.2 por ciento a las pensiones, la expansión de beneficios para personas con discapacidad, el desbloqueo de fondos nacionales para que sean usados en las provincias, y la prórroga de la moratoria previsional, que permite acceder a la jubilación a las personas que no reúnen los 30 años de aportes requeridos, han sido catalogadas por el mandatario argentino como un intento de golpe institucional.
En respuesta, Milei anunció el plan “talibán” de resistencia, señalando que su gobierno no va a aplicar ninguna ley que ponga en riesgo el superávit fiscal, aun cuando hayan sido aprobadas por el Senado, por lo que, de ser necesario llevará el asunto a instancias judiciales.
De acuerdo con la Casa Rosada, si estas leyes se ejecutan se observaría un aumento del 2,5% del gasto público, algo que va en contra de las políticas de austeridad y superávit financiero del mandatario.
Este revés ocurre en un año electoral, en el que se llevarán a cabo las elecciones legislativas que determinarán la suerte de la segunda parte del mandato de Milei.