Por primera vez en más de dos años, el mundo observa con esperanza el inicio de un proceso de reconciliación entre Israel y Palestina, tras la firma de un acuerdo de paz preliminar que busca poner fin a una de las crisis más devastadoras en Medio Oriente.
El pacto —mediado por Egipto, Qatar y Estados Unidos— establece un alto al fuego inmediato, la liberación de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, así como la apertura de corredores humanitarios en la Franja de Gaza para permitir la entrada de alimentos, medicinas y agua potable.
Autoridades de ambos lados reconocieron que este es solo el primer paso de un proceso largo y complejo, pero coincidieron en que la prioridad es salvar vidas y comenzar a reconstruir las comunidades destruidas por el conflicto. “No se trata solo de detener la guerra, sino de comenzar la paz”, señaló un portavoz palestino en Ramala.
El acuerdo ha sido recibido con cautela por la comunidad internacional, que considera que su cumplimiento marcará la diferencia entre un gesto diplomático y el verdadero inicio de una nueva etapa de entendimiento en la región.