El senador Gerardo Fernández Noroña adquirió una residencia con valor de 12 millones de pesos, lo que ha generado discusión pública en torno a la congruencia entre su trayectoria política y su estilo de vida.
De acuerdo con documentos notariales, el inmueble —ubicado en una de las zonas residenciales de mayor plusvalía de la capital— cuenta con amplios espacios, acabados de lujo y amenidades que la colocan en el rango de propiedades premium del mercado inmobiliario.
La noticia, que circuló en medios y redes sociales, fue interpretada de diversas formas: mientras simpatizantes señalaron que Noroña tiene derecho a invertir sus recursos en un patrimonio legítimo, críticos cuestionaron la coherencia entre el discurso del legislador, caracterizado por su defensa de la austeridad y sus críticas a las élites económicas.
El propio Noroña respondió a los señalamientos a través de sus redes sociales, asegurando que su patrimonio es producto de décadas de trabajo y que la adquisición se realizó “con absoluta transparencia y conforme a la ley”.
“Quieren escándalo donde no lo hay. He trabajado toda mi vida y tengo derecho a vivir con dignidad. Mi compromiso con el pueblo sigue intacto”, expresó el político, al tiempo que pidió no distraerse de los temas centrales del país.
La adquisición de la vivienda se suma a una larga lista de polémicas que han acompañado a Fernández Noroña a lo largo de su carrera, y que, en esta ocasión, vuelven a colocarlo en el centro del debate público sobre el estilo de vida de quienes enarbolan banderas de austeridad.