Tras semanas de confrontación, el movimiento Hamas confirmó su disposición a un alto al fuego en la Franja de Gaza, una decisión que busca poner fin a la escalada de violencia que ha dejado un saldo de víctimas civiles y graves afectaciones humanitarias en la región.
La tregua surge después de intensas gestiones diplomáticas impulsadas por países mediadores, con el propósito de detener los ataques y abrir la posibilidad de un diálogo que permita atender las demandas de ambas partes. El cese de hostilidades contempla un esquema de garantías internacionales para supervisar su cumplimiento.
De acuerdo con fuentes cercanas a la negociación, el alto al fuego también incluye acuerdos preliminares para facilitar la entrada de ayuda humanitaria y el restablecimiento de servicios básicos en Gaza, donde miles de familias permanecen desplazadas y en condiciones de vulnerabilidad.
La comunidad internacional ha manifestado su respaldo al acuerdo, al considerarlo un paso necesario hacia la estabilidad regional. Sin embargo, expertos advierten que la tregua es frágil y dependerá del cumplimiento de los compromisos por ambas partes para que pueda transformarse en una base real hacia la paz.