El presidente Donald Trump emitió una declaratoria de emergencia en la ciudad de Washington, D.C., ante el incremento significativo en los índices de criminalidad. Con esta medida, el gobierno federal asume el control parcial de la fuerza policial local con el objetivo de reforzar la seguridad y combatir la delincuencia de manera más efectiva.
La decisión implica la federalización de ciertos cuerpos policiacos en la capital estadounidense, lo que permitirá una coordinación más estrecha entre las autoridades locales y federales. Según la Casa Blanca, esta estrategia busca garantizar la protección de los ciudadanos y preservar el orden público en una ciudad que ha enfrentado episodios recientes de violencia y disturbios.
Organizaciones civiles y líderes locales han expresado su preocupación por la medida, advirtiendo sobre posibles tensiones y cuestionamientos en torno al respeto a la autonomía local. Mientras tanto, las autoridades federales aseguraron que esta intervención será temporal y orientada exclusivamente a fortalecer la seguridad ciudadana.